Anemia hemolítica

Imagen de editor

Tesis doctoral de Francisco J. Doreste Caballero 

La anemia se define como una disminución de la masa de eritrocitos (globulos rojos) circulantes y hematológicamente se caracteriza por una reducción del número de eritrocitos, del hematocrito (Hcto) y, con la excepción de los casos de hemólisis intravascular, de la concentración de hemoglobina por debajo de los intervalos de referencia aceptados (Sellon y Wise, 2010). El valor hematocrito, obtenido por centrifugación, es la medida más precisa, con un bajo error intrínseco (±1%), a diferencia del calculado por la mayoría de los contadores celulares automáticos, cuyo error potencial es mayor; seguida de la concentración de hemoglobina, con mayor coeficiente de variación (±5%) (Brockus y Andreasen, 2005).

Los mecanismos fisiopatológicos básicos por los que se desarrolla la anemia son la pérdida de sangre, el aumento de la tasa de destrucción de los eritrocitos (hemólisis) y la disminución de la tasa de producción de eritrocitos, de forma independiente o combinada; causando un desequilibrio entre la tasa de pérdida o destrucción de eritrocitos y la tasa de producción en la médula ósea (Sellon y Wise, 2010); provocando, funcionalmente, una deficiente capacidad de la sangre para transportar oxígeno (Morris, 2002).

La anemia no se considera un diagnóstico primario, sino una alteración hematológica que resulta de un proceso patológico subyacente, lo que dificulta su diagnóstico y tratamiento; por lo que, el primer paso en el procedimiento diagnóstico de un animal anémico es el examen completo del paciente. Un método sistemático para la caracterización de la anemia puede brindar una guía de valor en el diagnóstico de la enfermedad subyacente (Sellon y Wise, 2010).

Se utilizan diversos sistemas de clasificación, basados en diferentes pruebas y observaciones, que se solapan, pudiendo clasificar un mismo cambio o proceso con diferentes términos. Como el objetivo debe ser proporcionar un diagnóstico correcto y específico como para permitir un tratamiento o actuación apropiada, debe considerarse la clasificación por la etiología, o etiologías en caso de causas múltiples; y requiere realizar diferentes pruebas diagnósticas precisas mediante diversas vías de aproximación, dependiendo de las causas probables y en base a la anamnesis y el historial (Tvedten, 2010). La clasificación fisiopatológica se basa en el mecanismo fisiopatológico por el que se desarrolla la anemia, como la pérdida de sangre, la hemólisis o la eritropoyesis inadecuada; proporcionando una guía útil para determinar la secuencia de pruebas diagnósticas y será utilizada en ésta revisión para describir las diferentes causas de anemia (Sellon y Wise, 2010). La clasificación por la actividad eritropoyética, en función de la respuesta de la médula ósea ante una disminución de la masa eritrocitaria circulante, distingue la anemia regenerativa, si responde con efectividad aumentando la eritropoyesis (hemorragia o hemólisis) de la no regenerativa, si existe alteración sistémica o intrínseca de la médula ósea que le impide desarrollar una respuesta apropiada para reemplazar los eritrocitos perdidos normalmente por senilidad o por su destrucción acelerada (Sellon y Wise, 2010). En el caballo se requiere el examen de la médula ósea ya que no suele mostrar signos de regeneración en sangre periférica como en otras especies (Tvedten, 2010). La clasificación por el Volumen Corpuscular Medio (VCM) y la Concentración Media de Hemoglobina Corpuscular (CMHC) caracteriza la anemia en base al tamaño y al contenido de hemoglobina de los eritrocitos, aunque en el caballo ésta clasificación es poco sensible debido a que a menudo no se pueden distinguir correctamente los tres patrones principales (Tvedten, 2010). Por último, la clasificación por la morfología del frotis, evaluada mediante la observación de la extensión de sangre, es esencial, especialmente en las hemolíticas; y puede proporcionar información relevante para el diagnóstico de parásitos, cuerpos de Heinz, fragmentación del eritrocito, picnocitos, esferocitos, excentrocitos, hipocromasia, autoaglutinación, metahemoglobina, agregación de plaquetas o de leucocitos (Tvedten, 2010). 

Articulo sacado de https://acceda.ulpgc.es:8443/bitstream/10553/11247/4/0693900_00000_0000.pdf