Articulación / Articulaciones equinas

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Artículo sacado de http://www.girovet.com/las-articulaciones-del-caballo

 

Una articulación es el conjunto de elementos o tejidos mediante los cuales dos o más huesos se unen entre sí. En éstas tienen lugar los diferentes movimientos y hacen del esqueleto un conjunto móvil que cumple multitud de funciones tales como:

- Minimizar las fuerzas de fricción entre los huesos y proporcionar amplitud de movimiento a cada miembro y a la columna vertebral.

- Estabilizar las estructuras esqueléticas durante la fase de apoyo, cuando el caballo carga todo su peso sobre las extremidades. Si las clasificamos morfológicamente encontramos articulaciones fibrosas, cartilaginosas y sinoviales.

Sin embargo, cabe hacer hincapié en las articulaciones sinoviales que son las más activas y, por lo tanto, más susceptibles a sufrir lesiones. En este tipo de articulación, los extremos de los huesos que se articulan están recubiertos por cartílago articular.

Articulaciones sinoviales:

Las articulaciones sinoviales de los caballos se componen de diversas estructuras tales como cartílago articular, membrana sinovial, ligamentos, tendones, cápsula articular y bursa sinovial. El cartílago articular está principalmente constituido por agua (70 % a 80 %), fibras de colágeno, proteoglicanos y condrocitos, las células encargadas de mantener el cartílago. Cada componente posee su propia función: las fibras de colágeno forman estructuras que resisten las fuerzas de tracción, la disposición de los proteoglicanos permiten amortiguar las cargas de compresión, absorbiendo los golpes y transmitiendo las cargas de un hueso a otro y los condrocitos son los encargados de sintetizar cartílago.

La estabilidad de la articulación se mantiene por la capa fibrosa de la cápsula articular que se une a huesos y ligamentos colaterales que se encuentran a ambos lados de la mayoría de articulaciones como, por ejemplo, el menudillo, la rodilla, el codo y el corvejón.

Además, la cápsula de la articulación contiene una capa de revestimiento interno llamada membrana sinovial la cual segrega el líquido sinovial que lubrica el interior de la articulación.

Funcionalidad:

Las zonas del cartílago que reciben más estrés son las que tienen mayor contenido de proteoglicanos y son más rígidas que las del alrededor. Al recibir una carga compresiva, el cartílago se deforma de manera elástica soltando agua y fuerza hacia el cartílago periférico no comprimido.

Cuando la extremidad reduce la carga de peso, la presión desaparece, el cartílago se rehidrata y se expande gracias a la contribución del líquido sinovial. Cabe resaltar la importancia del constante intercambio de líquido sinovial hacia fuera y hacia dentro para poder mantener un metabolismo y una nutrición saludables del cartílago articular y, consecuentemente, unas articulaciones fuertes y sanas.

Estos principios nos ayudan a entender por qué es importante que el caballo esté en movimiento para poder establecer y mantener una función articular normal y saludable. El metabolismo del cartílago y su integridad dependen de las cargas repetidas en las articulaciones, a su vez, éstas se consiguen con las caminatas y el juego en el campo. Los caballos estabulados y confinados tienen mayor riesgo de padecer enfermedades articulares degenerativas, en parte, por esta falta de movimiento.

Ejercicio y articulaciones

El ejercicio moderado (el trote y el medio galope) tanto en caballos jóvenes como en adultos, provoca un fenómeno conocido como carga cíclica mejorada. Ésta, incrementa el contenido de proteoglicano del cartílago, aumentando su rigidez y resistencia. Una carga superior en la extremidad supone una mayor área de superficie de cartílago articular que se pone en juego para difundir el estrés por la articulación.

Sin embargo, el ejercicio excesivamente extenuante puede llegar a causar desgastes o incluso desgarros cuando la tensión del ejercicio supera la capacidad de adaptación del cartílago. De ahí que, desgraciadamente, casi todos los atletas equinos de élite presentan cierto grado de degeneración articular.

Las articulaciones y la edad

La madurez esquelética y la edad son muy importantes para el desarrollo de la capacidad del caballo para soportar la carga compresiva necesaria para poder ejercitarse.

Hacia los dos años de edad, las placas de crecimiento de las articulaciones de las extremidades se cierran y el cartílago deja de crecer. No obstante, hasta los seis o siete años de edad puede haber pequeñas remodelaciones y, aunque la monta ligera entre los tres y cinco años puede ser adecuada por el desarrollo de los aparatos cardiovascular y muscular, se desaconsejan rutas largas y ejercicios arduos en animales de estas edades tempranas.

Desgraciadamente, se conoce que con el ejercicio y la edad se producen cambios degenerativos en las articulaciones. Éstos se caracterizan principalmente por una pérdida de las células encargadas de producir cartílago y por una menor producción de ácido hialurónico.

Inflamación

Las articulaciones, tendones, ligamentos y musculatura del caballo están constantemente sometidos a fuerzas de tensión. Si la demanda de ejercicio supera la capacidad del organismo de adaptarse y regenerarse, se desencadena una respuesta tisular inflamatoria que a veces es imperceptible. Si ésta no se resuelve, enzimas y otros agentes que recubren la articulación son liberados, destruyendo el tejido articular, especialmente el cartílago. En situaciones como estas, el cuerpo responde a esta ruptura limitando el movimiento de las articulaciones mediante su osificación y causando un dolor difícilmente tratable.

Una vez establecido el traumatismo, en primer lugar se tiene que evitar la inflamación articular empleando un tiempo de calentamiento y enfriamiento adecuado y frenando el mecanismo fisiológico de la inflamación. I