Ayudas

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Son las señales que usa una persona para comunicarse con un equino en la práctica de la equitación. Estas ayudas se relacionan entre si en todo momento, utilizándolas de manera combinada.  El buen manejo de una facilita el manejo de las demás: Esto es lo que se llama "Acuerdo de las ayudas". En todas ellas se tiene en cuenta tanto el gesto que se ejecuta como la intensidad ( en una escala del 1 al 10 siendo 1 la intensidad más suave, siempre se deberá empezar por 1 y en muy raras ocasiones se llegará a 10) Cuanto más suaves sean las ayudas más sensible haremos al animal y más grados de intensidad tendremos a nuestra disposición, si un caso concreto lo requiere.  Aunque existen formas más coherentes de enseñar los distintos ejercicios, simpre debemos de ser conscientes que los equinos no nacen sabiendo la práctica de la equitación y que independientemente de cómo se usen las ayudas, deberemos hacerles comprender, a través del condicionamiento clásico, para que sirven unas u otras ayudas. Por eso, la doma progresiva es siempre la más justa para enseñar a cualquier animal.

La disposición psicológica de la persona es también de vital importancia: En todo momento se debe saber qué es lo que se quiere pedir al equino y cómo lo debemos pedir, para así elegir la mejor combinación de ayudas posible, de tal manera que el equino entienda bien lo que deseamos enseñar o ejecutar. Para la realización de los ejercicios, la persona debe ser respetuosa y consecuente con la edad y la condición físicas del animal que está manejando.

Para el empleo de las ayudas hay dos conceptos que se tienen que comprender: -La coordinación: porque se tiene que ejecutar distintas ayudas al mismo tiempo. -La disociación: cada parte del cuerpo hace una cosa distinta a un mismo tiempo.

Las ayudas se dividen en dos tipos:

1-Ayudas naturales: Son aquellas ayudas que nacen del cuerpo de la persona.

      Voz: Esta es la primera de las ayudas que se usa, sobre todo en los primero momentos de la doma de un equino. Con ella probocamos distintos estados de ánimo según la intensidad e intención. En el trabajo pie a tierra, con la voz, enseñamos a que distinga los diferentes aires y la parda.  Esta ayuda se utiliza, sobre todo, las primeras veces que el equino es montado, para que comprenda las otras ayudas a través del condicionamiento clásico.  Una vez el equino ha asimilado el resto de ayudas, la voz se usará cada vez menos, hasta que no haga falta utilizarla.  En algunas disciplinas ecuestres como la Doma Clásica, el empleo de la voz está penalizado.

      Asiento: La manera en la que el jinete se sienta y reparte su peso encima del dorso del caballo .   Esta posición es clave para el buen desarrollo y práctica del resto de las ayudas. Dependiendo del ejercicio que se desee ejecutar, se usará de una manera u otra, pero en todo momento el equilibrio, coordinación y unión con el movimiento del caballo se harán indispensables.

      Piernas:  Son las encargadas de controlar el motro del caballo. Crean el empuje necesario que se convertirá en impulsión. También controlan la posición de los posteriores. Abrazan al caballo sin tensión manteníendose quietas y preparadas para el movimiento.  Hay tres tipos de ayudas que ejercen las piernas: Empujan, contienen y desplazan dependiendo de si se mantiene por detrás de la cincha, se aldelantan o se atrasan hacia los posteriores.

      Manos: Se comunican con la boca y/o nariz del caballo a través de las riendas.  Si se usa un collar al rededor del cuello, la presión se ejercerá a lo largo de esta parte, dependiendo de lo que se quiera pedir al animal. También se puede ejercer una presión directa con la mano en distintos puntos del cuello si el equino es montado sin cabezada ni rienda alguna. 

                   Para el uso de las riendas podemos hablar de tres tipos de ayudas : Conducción, contención y cesión. Una "buena mano" recibe la impulsión creada por las piernas, regula la energía generada, la contiene y la libera en el grado necesario según cada movimiento.

     Pensamiento: El pensar antes de hacer hace que nuestro cuerpo se prepare para la ejecución de determinadas ayudas y por lo tanto, esos cambios sutiles que el caballo siente, también le preparan para dicha ejecución. 

2-Ayudas artificiales: Sirven para reforzar lo que le pedimos al caballo con nuestras ayudas naturales. Son utensileos extrenos que no forman parte de nuestro cuerpo.  Sólo se deben usar cuando ya se tiene un concimento básico de la equitación y en casos que sean realmente necesarios.  El abuso de estas ayudas origina la insensibilidad del animal a las ayudas naturales.

   Fusta: Vara fina y flexible que se usa con la mano con el fin de acceder a zonas del cuerpo del equino sin perder el asiento, el contacto con las riendas,  ni el desplazamiento exagerado de las piernas.  Su uso más común es como ayuda externa a la pierna para la impulsión y activación de los posteriores. La fusta es usada en la monta a la amazona para sustitur la acción de la pierna que falta.  En enganche o trabajos de pie a tierra se usa la tralla que es igual que la fusta, pero más larga y con forma de látigo.

   Espuelas: Accesorio de metal que se coloca en la bota a la altura del talón con el fin de intensificar la presión que ejerce la pierna de manera natural sobre los costados de los equinos.