Síndrome Navicular / Podotrocleosis

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En el dedo del caballo tenemos tres huesos principales:

  • hueso de la cuartilla o primera falange,
  • hueso de la corona o segunda falange 
  • hueso tejuelo o tercera falange.

Además de estos tres huesos principales existen otros huesos accesorios, llamados sesamoideos. En la articulación de la caña con el hueso cuartilla están los sesamoideos proximales o simplemente sesamoideos. En la articulación del hueso corona con el hueso tejuelo (dentro del casco) esta el sesamoideo distal, mas conocido por hueso navicular. Se llama navicular por su parecido con una pequeña nave o barquichuela. Está sujeto al hueso corona por los ligamentos suspensores del navicular y al hueso tejuelo esta unido por el ligamento impar distal. Tiene dos caras o facetas que hacen articulación con los huesos corona y tejuelo y una cara que hace de superficie flexora con el tendón flexor profundo. Por otra parte sabemos que de los dos tendones que recorren la parte posterior de la caña, uno, el tendón flexor superficial o perforado, al llegar a la altura del menudillo se divide en dos y se inserta en los laterales del hueso corona. El otro, el tendón flexor profundo, atraviesa al tendón superficial, SE APOYA EN EL HUESO NAVICULAR, y se inserta en la cresta semilunar del hueso tejuelo. He resaltado el hecho del apoyo del tendón flexor profundo en el hueso navicular, porque una de las misiones de dicho hueso es de servir como apoyo o polea al tendón.

El hueso tiene una superficie flexora muy lisa y muy lubricada por donde corre el tendón. Por varios motivos, la superficie del hueso navicular puede experimentar cambios; la superficie se erosiona y las estructuras del hueso pueden sufrir una degeneración extensa. A veces los cambios van acompañados de alteraciones en el tendón flexor profundo: engrosamiento, lesiones en su vaina, y en casos graves, adherencias del tendón al hueso navicular.

 Los caballos que sufren estas alteraciones, visibles en una radiografía, quedan cojos de por vida. En las formas iniciales, el caballo procura descargar el peso apoyando con las lumbres, a fin de no presionar el hueso navicular, que esta justo debajo de la ranilla. Para ello acorta la zancada, y en vez de apoyar plano, apoya primero las lumbres y después el talón. A medida que avanza la enfermedad observamos comportamientos tales como avanzar una mano o estirarse el caballo como si quisiera tenderse. Estas posturas disminuyen la presión que hace el tendón profundo sobre la superficie del hueso dañada, lo que ocasiona un dolor apreciable.

Es triste ver caminar a un caballo con un síndrome de navicular en estado avanzado; cabeza agachada, pasos vacilantes e inseguros. Cada paso es un autentico sufrimiento. Las causas principales por las que se originan las podotroclitis son:

-Trabajar a los potros en edades tempranas, cuando aun las estructuras óseas no están debidamente consolidadas. Domar un potro a los dos años y medio o tres años suele acarrear que a los cinco o seis años empiece a dar señales de síndrome de navicular.

-Malos aplomos y malos herrajes. Los potros o caballos que están descalzos y corriendo por el campo con las lumbres largas y los talones desgastados, están sobre esforzando la articulación del navicular. Los intervalos demasiado largos entre herrajes provocan el mismo problema. Algunos entrenadores piensan que el caballo de carreras o los trotones avanzan mas si tienen el pie largo. Esta creencia, ademas de no tener fundamento biomecánico alguno, condena a estos animales a la invalidez prematura.

-Trabajo en suelo muy duro. Las largas marchas sobre asfalto, las carreras de resistencia en terrenos muy duros y los trotes alargados en superficies duras, castigan enormemente la superficie del tendón y la del hueso. En el salto, el momento en que el caballo aterriza y el momento en que se impulsa sobre los posteriores para salir del obstáculo, el tendón profundo puede llegar ha hacer una presión cercana a los ochenta kilogramos por centímetro cuadrado sobre la superficie del hueso navicular.

A medida que avanza la enfermedad, el dolor hace que por un mecanismo reflejo, los vasos sanguíneos se cierren, aportando menos nutrientes a la zona y atrofiándola. Por este motivo, los cascos enfermos presentan un aspecto empequeñecido y atrofiado. La materia cornea es dura, poco elástica y de mala calidad. Como la mayoría de las enfermedades degenerativas, las cojeras son en frío. El animal sale de la cuadra cojo, al trabajar y calentar, el dolor disminuye, para aparecer al cesar el trabajo con mas insidia. La calidad de vida de estos animales es mala.

TRATAMIENTO PALIATIVO.  Las enfermedades degenerativas como la que aquí tratamos son, desgraciadamente incurables. Las lesiones avanzan imparablemente. Lo único que se puede hacer es tratar de frenarlas y proporcionar la mejor calidad de vida posible al caballo. Como remedios medicamentosos se suelen utilizar:

-Analgésicos y antiinflamatorios como la aspirina, la fenilbutazona y últimamente el flunixin (finadyne)

-Drogas que mejoran la irrigación sanguínea de la zona, como Isoxsuprine o warfarina.

-Infiltraciones de corticoides, para mejorar la inflamación y el dolor.

-Infiltraciones de acido haliurónico, para paliar la destrucción del cartílago.

-Neurectomías y bloqueos nerviosos.

EL HERRADO DE LOS CABALLOS AFECTADOS POR SíNDROME NAVICULAR El herrado de estos animales ha de ir orientado siempre a facilitar una comodidad y un confort al caballo. Un buen herraje puede mejorar mucho la calidad de vida del enfermo, NUNCA CURA LA ENFERMEDAD. Sabemos que el momento álgido del dolor es justo cuando el animal esta en medio de la fase de apoyo. El caballo, al trote, primero apoya los talones, después la parte central del casco y por ultimo las lumbres. Al apoyar los talones le duele porque comprime la ranilla, y ésta comprime al tendón profundo contra el hueso navicular. En el momento de apoyo en las lumbres, que es el momento de máxima tensión del tendón profundo, es también el momento de mayor dolor. Por tanto el herraje ira encaminado a los siguientes puntos:

-Las herraduras cerradas, bien de barra, bien de huevo, distribuyen correctamente el peso por todo el perímetro plantar, lo que ayuda a evitar desigualdad en las cargas y las presiones que se ejercen sobre las estructuras vivas internas. Ademas no permiten que la ranilla soporte presiones derivadas del suelo, como pisar piedras u otros objetos.

-Las herraduras con mucho "rolling" en las lumbres facilitan el despegue del pie, acortando el brazo de palanca y disminuyendo así el momento critico de tensión entre el hueso y el tendón. Son especialmente útiles las herraduras con la lumbre truncada.

-Las herraduras entalonadas. Al levantar los talones, pretenden aliviar la presión ejercida por el tendón.

En los primeros síntomas de esta enfermedad, los caballos suelen responder bien a un buen herraje. Lo malo es precisamente eso; conseguir un buen herraje.

No cabe duda que la prevención es la mejor arma para luchar contra la podotrocleosis. Los malos herrajes y los intervalos demasiado largos de tiempo entre herrajes se pagan tarde o temprano. Los pies son el punto mas débil del caballo. Siempre se ha dicho que el caballo es una estatua de oro con los pies de barro. Un pequeño huesecillo de no mas tres centímetros es suficiente para tirar por la borda años de entrenamiento y de ilusiones.

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