El equino produce saliva ante la presencia de aliementos en la boca. Un animal normalmente alimentado segrega entre 10 y 12 litros de saliva al día. Aunque no parece tener actividad encimática, la mucina hace que funcione como un eficiente lubricante que impide la presentación de obstrucciones.  Tiene un contenido en bicarbonato (unos 50 mequiv/litro) le confiere capacidad de tampón. La continua secreción de saliva durante la comida, parece tamponar los alimentos en la región proximal del estómago, lo que permite cierta fermentación microbiana con produción de lactato, lo que tiene importantes implicaciones sobre el bienestar del caballo. Las concentraciones de bicarbontato y cloruro sódico en la saliva son directamente proporcionales al ritmo de secreción, de modo que aumenta con las comidas.

Información sacada del libro "Nutrición y Alimentación del caballo" de D. Frape