Sangre

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Articulo sacado de https://acceda.ulpgc.es:8443/bitstream/10553/11247/4/0693900_00000_0000.pdf

Tesis doctoral de  Francisco J. Doreste Caballero 

El volumen normal de sangre en el caballo adulto es de 72 mL/kg de peso vivo y en los potros varía desde 151 mL al nacimiento a 82 mL/kg de peso vivo a las 12 semanas de vida, alcanzando el valor del adulto a los 4-6 meses de edad (Sellon y Wise, 2010); el 60-65% está constituido por el plasma y el resto lo ocupan los elementos formes (35-40%) (Jones, 1989). El plasma es una solución acuosa cuya función es mantener la presión coloidosmótica de la sangre, regular el intercambio con el líquido extracelular, transportar sustancias como hormonas, iones metálicos, lípidos, anticuerpos, factores de coagulación y elementos formes (Junqueira y Carneiro, 1996). El plasma equino es amarillento, a diferencia de otros animales, incluidos los asnos, debido al efecto combinado de los carotenoides en la sangre procedentes de los alimentos verdes y a la mayor concentración de bilirrubina (Morris, 1998). En los caballos también es característica la hiperbilirrubinemia de ayuno, debido a una reducción de la captación hepática, de la conjugación y de la secreción de bilirrubina, alcanzando en 2 ó 3 días un nivel de bilirrubinemia de 8 mg/dL o más, por aumento de la fracción no conjugada, igual que en la hemólisis por lo que no es patognomónica de ésta (Carlson et al., 2002).

Los eritrocitos del caballo son pequeños, de 5,7μm de diámetro medio y una vida media de 150 días; con tendencia a adherirse en formación de pila de monedas, que se correlaciona positivamente con una mayor tasa de sedimentación eritrocitaria, debido a una menor carga de membrana (potencial zeta) que en otras especies y aumenta con la hiperfibrinogenemia e hiperglobulinemia al enmascarar la carga superficial negativa (Brockus y Andreasen, 2005). Por ello, es necesario homogeneizar bien la sangre antes del análisis para evitar errores diagnósticos (Grondin y Dewitt, 2010).